La lentitud de los movimientos se manifiesta en la falta de expresión de la cara y en una lentitud y torpeza general en la realización de los movimientos, ya sean automáticos (parpadear, tragar, balancear los brazos al caminar) como voluntarios (vestirse, levantarse de una silla, escribir)
El temblor es más evidente cuando se está en reposo y disminuye con el movimiento voluntario.
La rigidez se muestra como una resistencia o falta de flexibilidad para mover pasivamente las extremidades.
Las anomalías de la postura se reflejan en la inclinación del tronco y cabeza hacia adelante (la espalda del paciente está encorvada) y la flexión de las articulaciones de los codos y rodillas. Resulta dificultoso el control del equilibrio, por lo que pueden producirse caídas.
La marcha es a pequeños pasos, con episodios de bloqueo (parece que los pies se pegan al suelo) y de aumento brusco del ritmo de la marcha (mini-pasos muy rápidos y confusos).
El enfermo de Parkinson muestra una gran tendencia a sufrir estados de depresión.
Otros síntomas son el estreñimiento y el exceso de producción de saliva.
Como puede verse, la mayor parte de estos síntomas afectan la actividad psíquica, pero no lesionan la actividad intelectual.